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Capítulo 1 (Bella)


Capítulo 1
"El camino de los sueños"
Bella
[2001]


Mi vida ha sido una cadena consecutiva de desgracias y tristeza, esa es la conclusión a la que he llegado tras cuarenta y dos años de vida. Soy la pequeña de tres hermanos, cada uno con una personalidad opuesta y un padre que lo guíe en la vida. Mi hermano mayor, Nash, el mayor de los tres, es el ojito derecho de mi madre. Sus consejos envenenados y su lengua viperina han hecho que él eche a perder su vida. Antes de seguir con mi hermana, tendría que explicar como es mi madre, Rani. Desde que se casó con mi padre, ha tenido mucho odio a su familia política, en especial a mi abuela Lakshmi, a la cual le daba el adjetivo de “araña”. Siempre estaba enfadada con mi padre. ¡Aún recuerdo las horribles discusiones que tenían en el comedor mientras nos creían dormidos en nuestra habitación! Las únicas veces que la veía llena de vida era cuando mi padre hacía negocios y adquiría grandes sumas de dinero. Recuerdo una ocasión que llevó a casa una cantidad ostentosa de ringgits gracias a las habilidades de mi padre. ¿Y sabéis lo que hizo mi madre? Fue al mercado, se compró un par de saris de lujo, zapatos nuevos, joyas y le hizo una fiesta enorme a mi hermano Nash. Recuerdo la cara que se le quedó a mi padre. Tuvo suerte ella de que ese día su enfado lo reprimiera. Se gastó todo el dinero en ella y en Nash, y cuando llegó mi cumpleaños no había dinero ni para comprarme un triste pastel.

Mi madre volvió a su actitud normal, a enfadarse con mi padre, cuando el pobre intentaba hacer lo mejor por su familia, ya que no se portó bien con mi abuela Lakshmi ni el resto de sus familiares. Ella llegó a tal extremo que en una escasez de alimentos, cuando mi padre volvió a casa de trabajar, no tenía ni una miserable porción que llevarse a la boca. Mi madre decía desde joven que sufría “artritis” y se libraba siempre de hacer las tareas domésticas para donárselas a Amu, nuestra antigua criada. Y parece mentira que en mi juventud viera eso como algo bueno, como que mi madre se sacrificaba por nosotros. Aprendí a apreciar a mi padre Lakshmnam y a mi hermana Hoyuelo. ¡Ay, Hoyuelo! Nunca conoceré a otra persona tan sensible, bondadosa e infeliz. Mi madre recriminaba su vida fracasada a Hoyuelo, era el blanco de su ira, y la pobre ni se quejaba, aguantaba mientras mi madre le pegaba palos en el baño. Uno tras otro y ella callando sus gritos, porque si los producía mi madre nunca acabaría. Me parece increíble como superó su infancia, pero sé que su sufrimiento tenía un objetivo. Varias veces al año, mi padre llevaba a Hoyuelo a Kuantan, donde vivían mis abuelos paternos. Cuando dormíamos juntas en la habitación, yo veía como ella iba tachando los días que quedaban para irse y cuando volvía los que quedaban para la próxima visita. Durante ese tiempo iba recibiendo cartas de la abuela Lakshmi y paquetes del tío Sevenese con libros de aventuras. Cuando recibía los paquetes, se encerraba en su habitación y devoraba los libros uno tras uno. ¡Cuánta envidia le tenía! ¡Yo también quería recibir cartas y paquetes, y conocer a esos familiares que mi madre tachaba de malvados! Luego conoció al hombre más maravilloso de mundo y se casó con él, aunque no se daba cuenta de que detrás de tantas caricias, besos y abrazos se escondía el corazón de una serpiente. Yo tendría que haberme casado con Luke, hubiera sabido ponerlo en su sitio, eso decía mi padre. Hoyuelo era una mujer muy sensible y se veía incapaz de enfrentarse a los problemas. Su marido era una mala pieza, yo lo tacharía de malvado y taimado. Destrozó la vida de mi pobre hermana. Al final, Luke y sus "remedios" de hombre rico consiguieron arruinar la vida de mi hermana. A pesar de todo, siempre había una luz en el tunel. Esa luz tenía un nombre: Nisha.

Durante años esa pobre niña ignoró las raíces de su familia materna, hasta que se soltó de sus riendas y descubrió el gran pasado y el legado de esa familia que desconocía. Encontró grabaciones de historias de la familia, encontró familiares que ella desconocía, y lo más importante, se encontró a sí misma. La verdad, me hubiera gustado ser la luz de Hoyuelo. Estoy segura de que, con mi apoyo, no hubiera cometido ese hecho atroz. Pero no supe ver la tristeza que escondían los ojos de mi hermana. Aun así, reencontrarme con Nisha me hizo ver que aun podía hacer algo bueno con mi vida.

Fue poco después que me reencontrara con ella cuando descubrí en qué lado debí haber estado. En mi madurez, empecé a sospechar que mi madre me había mentido sobre mi familia paterna. Cuando me reencontré con Nisha, confirmé mis sospechas.

Mi padre murió con 50 años, y despidió a nuestra criada poco después. ¿Y quien iba a ser el listo que se ocupara de nuestra madre? Obviamente, me tocó a mí. Hoyuelo ya estaba “felizmente” casada en ese momento y Nash pasaba de todo, mi madre le había dedicado a él todo su amor y luego él paso olímpicamente de mi madre. También me da pena su familia, puesto que su mujer me parece una mujer fantástica que podía haber aspirado a más. Me han dicho que es abogada.

Mi madre ya tenía una edad avanzada y su artrosis se convirtió en algo más serio, momento en el que comprendí que no mentía sobre su enfermedad. Además, ya no estaba mentalmente equilibrada. Lo confirmé el día que volví a ver a Nisha tras tantos años. Ella se puso a hablar con mi madre y le escuché decir:
“-Llévame contigo, donde sea, mi querida Bella vende su cuerpo a la noche y no quiero tener en mi mente otra desgracia familiar.”

¡Que descarada su lengua! Sabía que su mente había estado mejor, pero no pensaba que llegaría al punto de llamarme prostituta. Ojalá fuera capaz de pegarle las
palmadas que ella me pegó cuando era niña, pero…no puedo, simplemente así. Es mi madre, quiera admitirlo o no, y ella fue la que decidió traerme a la vida. Ahora no sabe lo que dice. He cometido muchas crueldades en la vida, pero no pienso cometer otra.

Nisha dio un significado a mi vida, “El Camino de los Sueños”, unas grabaciones con voces de toda mi familia. Hay grabaciones de la abuela Lakshmi, de todos mis tíos, de mi padre, de Hoyuelo e incluso Nisha está empezando a poner las suyas. Es como un libro que empezó mi hermana y continuará por los siglos de los siglos. Las escuché todas una noche y vi el sufrimiento de mi familia en mi mente: la invasión japonesa, la niña asesinada, la época de escasez, todo estaba reflejado. Me centré en esas cintas. Al escucharlas, descubrí que Nash y yo fuimos inculcados con falsas ideas de la mente de nuestra madre. Ella nos contó que Anna era una mujer visiblemente amable, pero que se escondía tras su fachada una mujer taimada, con una lengua viperina. También nos contó nuestra madre que Sevenese era una persona de geriátrico, que creía poder conectar con los de más allá. Y para poner la guinda al pastel, concluimos conque Mohini era una obsesión de nuestro padre y que Lalita y Jeyan eran un par de bobos que no merecían ni el más mínimo de nuestros respetos. Con el tiempo, descubrí que todo eran mentiras. A partir de ahora, ese sería mi proyecto junto a Nisha, completar "El Camino De Los Sueños" con toda la verdad sobre nuestra familia. Aunque quedaban por solucionar unos problemas, generalmente, uno. Mi madre. ¿Qué íbamos a hacer con ella?

Yo la quiero con toda mi alma, pero ya no puede seguir así, enferma psicológica y físicamente. Así que decidimos internarla en un hospital. Allí sería bien atendida y llevaría la vida sin trabajar que ella quería. No tendría que hacer nada, debería ser el día más feliz de su vida, pero sus palabras el día que la internamos me marcaron:
“-¿Cómo se te ocurre hacerle esto a tu madre? Después de todos los años que he gastado en ti y así me lo agradeces, encerrándome en el hospital durante el resto de mi vida para que me visitéis dos días a la semana y me pongan comida precocinada. Iros Nisha y tú a divertiros de lo bonito que es vivir sin mí y cantad con alegría los días que me quedan para abandonar este mundo. Maldigo los días que te quedan en este mundo y los días que has vivido felizmente.”
Intenté pegarle una cachetada, pero como dije, no soy capaz de hacerle el más mínimo daño. Hice de oídos sordos y la dejé a merced de las enfermeras, ahora ellas sufrirían sus locuras y sus idas de cabeza. La visitaría, claro, pero ya no me atravesarían sus palabras.
Me quedaría más tranquila, podría hacer mi vida sin impedimentos, incluso podrías buscar pareja, aunque ya era demasiado vieja, y podría dedicarme a Nisha, y a recuperar los años perdidos.
Madre, gracias por hacerme existir, pero ya no me harás más daño. Mis palabras eran pacientes y tranquilizadoras, pero tras esas palabras a mi, resumiría todas mis frases en solo cuatro palabras: “Que te den, zorra.”
Es el momento de dejar de lado a mi madre y comenzar una nueva vida.

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10 comentarios:

Angry Bego dijo...

Me parece una gran idea la de la continuación y lo que he leído me ha gustado mucho. Quiero más.

Un saludo y os sigo.

Javier dijo...

¡Muchas gracias! Nos anima mucho ver comentarios. Mañana el capítulo 2

Gene-maye dijo...

Me ha encantado (y eso que aun no leo Madre del Arroz, no lo consigo) La narración es excelente, buen trabajo.

Javier dijo...

Gracias Gene, me alegro de que nos sigas por el blog también

Javier dijo...

Gracias Paula, me alegro de que, al leerlo, tu opinión haya cambiado :)

Javier dijo...

No sé por qué, los comentarios anónimos se borran solos

Anónimo dijo...

Como te he dicho por messenger, al principio me parecía que tenía mucha letra y se iba a hacer eterno, pero la lectura se hace muy amena y engancha. Por mi parte, tenéis una lectora más

BuriBuri dijo...

Me gusta .w. Anda, segundo capítulo, ya~

Anónimo dijo...

soy Patri,me ha gustado mucho,ha estado entretenido y te deja con ganas de más,asi que a subbir los siguientes capitulos!!;P

Javier dijo...

Gracias por leerlo Patri, sabes que para mí tu opinión es de las más importantes!

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