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Capítulo 7 (Ratha)


CAPÍTULO 7
RATHA
"Delirios"
[2001]

Subimos las escaleras hacia casa de Ratha en compañía de esta. Yo estaba acostumbrada al olor de ese lugar y a su ambiente maloliente, pero Bella, habituada a tener su apartamento como los chorros del oro, mostró varias muecas de disgusto. Nos encontrábamos ante un apartamento de 4 plantas, con 4 pisos por nivel. Ratha vivía, por suerte, en la segunda planta. La primera tenía las puertas llenas de polvo, buzones descoloridos y medio colgando y rastros de orina de algún animal salvaje. Una anciana en bata y desaliñada, con manchas en la cara, salió al encuentro de Ratha y le entregó 300 ringgits. Después se inclinó ante ella y le besó la mano. Tras visualizar esa extraña imagen, nos dirigimos a nuestro destino.

No cabía duda de que era el nivel más decente de todos. No puedo decir que deslumbrase hasta el punto de parecer uqe los dioses la habían bañado en oro, pero no estaba nada mal. Solo había tres apartamentos. Exteriormente, el más bonito de todos pertenecía a Ratha; la puerta, hecha de madera natural, no tenía nada que ver con las demás, que debían ser madera prefabricada y medio roída por algún castor de la zona. En el buzón de Ratha pude ver su nombre, y en los otros dos leí "Minah" y "Kutub". Las paredes del pasillo estaban colocadas a modo espejo interior, y el suelo era de mármol. Al entrar en casa de Ratha, la tiíta Bella volvió a sorprenderse; ese apartamento era precioso. Fácilmente distinguías que las paredes del piso estaban recubiertas de tela rosa con motivos frutales y el suelo, de azul marino, conjuntaba perfectamente. En conclusión, todo era agradable a la vista. Ese pasillo unía varias habitaciones. Parecía el piso de una reina. Ratha nos llevó a la pequeña salita donde la vi por primera vez para grabar su testimonio; era un despacho de ejecutiva, con escritorio y sillón negros, decorado con varias estanterías y retratos de paisajes ceilaneses. No nos dejó ver el resto de las habitaciones. Bella se sentó y encendió la grabadora.

—En efecto, yo pinté esos cuadros. Veo un interrogante en vuestras caras y sospecho que es por eso —dijo nuestra inocence tía política.
—Ratha, perdona la intromisión, pero, ¿cómo puedes tener un apartamento lujoso en un sitio tan deprimente?

Ratha sonrió maliciosamente y comenzó a pintarse las uñas. Seguramente intentaba decirnos que tenía todo el tiempo del mundo.

—Pequeñas, no sabéis nada de mí. A día de hoy soy la casera de este bloque de apartamentos. Mi trabajo como cocinera me valió un reconocimiento nacional, gané mucho dinero y conseguí comprar este lugar. No me dio la gana reconstruirlo, preferí acoger a personas sin nada en la vida y cobrarles una miserable suma de 300 ringgits. En la tercera y cuarta planta no hay nada, solo un trastero y la azotea.

Ratha nunca me contó nada de eso, por lo que debía preguntar.

—¿Por qué no me lo dijiste antes, Ratha? Y, por cierto, ¿De quién son los otros dos apartamentos?
—No era el momento- Si te sirve de consuelo, esos apartamentos son de mis fabulosas hijas, Minah y Kutub.

¡Qué casualidad!; la hija de Ratha se llamaba igual que esa gata a la que el tío Sevenese acogió hace más de 50 años. Supuse que Minah debía tener 43 años y Kutub 39. Minah tenía más o menos la edad que debía tener mi madre, Hoyuelo. Creo que les separa solo un año, siendo mayor mi madre.

—Ratha, háblame de tus hijas. ¿A qué se dedican?
—Bueno... Minah es una abogada de renombre; no ha perdido un solo caso en más de 20 años de carrera. Kutub aun no ha logrado hacer nada de sí misma, por lo que me veo obligada a mantenerla. Ella quiso estudiar enfermería, pero le dije que antes la prefería de ramera. Y eso es lo que hizo, dedicarse a la prostitución, como esa tal... ¿Cómo se llamaba, Bella? Seguro que tú conociste a la antigua amante de Luke. —le espetó, de forma provocadora.
—¿Hablas de Rosette, Ratha? —contesté yo, puesto que supe que Bella iba a contestarle de malas maneras.
—Veo que la conoces, Nisha... Has avanzado mucho en tu investigación. Continúo, si no os importa. Kutub dejó el viejo oficio hace poco. Seguramente pensó que su padre no habría estado orgulloso; no lo veía mucho, pero la niñasentía un gran amor por su padre, seguramente porque de pequeña era tan fea como él. Kutub ha pasado por quirófano más veces que Hoyuelo, esa antigua estrella de Hollywood de hace más de 40 años. ¿Sabías que tu abuela Rani llamó Hoyuelo a tu madre solo porque le gustaba esa famosilla? Mis hijas han tenido una vida mucho mejor con una madre que las ha querido. Tu abuela maltrataba a Hoyuelo hasta dejarle moratones. ¿Verdad, Bella? Además, me explotaba y obligaba a hacer sus tareas doméstica.

Ratha empezaba a delirar, así que Bella la cortó rápido.

—Ratha, ¿es posible que Minah conozca a mi hermano Nash? —dijo ella, para mi total sorpresa. ¿Qué tenían que ver?
—Sí, lo conoce. —mi sorpresa fue aun mayor. Mi intriga aumentaba por segundos. —Y también conoce a su mujer, compañera suya en el bufete. Precisamente es su jefa. Oh, su nombre era algo así como... Sakura. Es japonesa. Parece ser que tu hermano maltrata a esa pobre mujer. Tienen dos hijos; desconozco sus nombres, pero esa mujer lo está pasando realmente mal. Hasta donde alcanzo a entender, es una persona de buen corazón. Me recuerda mucho a tu madre, Nisha; no quiere marcharse por sus hijos. Nash no le dará el divorcio, la quiere solo para él.

Y, tras esas palabras, el móvil de Bella empezó a sonar; tenía una llamada.

—Hablando del rey de Roma... enseguida vuelvo, podéis seguid hablando.

Bella salió del apartamento y comenzó una "agradable" conversación con Nash. Le dedicó perlas como: "Que te jodan, maltratador", "Ojalá el dios de la guerra te lance un rayo y mueras", entre otras. Seguí mi conversación con Ratha.

—¿Y por qué Nash pega a su mujer?
—Porque la perra de Rani lo trataba como no trató a Lakshmnam. Oh, Lakshmnam... Yo le amaba. Si no llega a ser por esa bruja, nos hubiéramos fugado. Amaba a tu abuelo con una pasión mortal. Seguro que pensáis que su muerte ha hecho que yo deje de amarle, pero todo lo contrario. Solo ha avivado el fuego del amor. Estoy deseando que la muerte me alcance para volar junto a él.

De nuevo comenzaba a delirar. Cuando yo la visité hace unos pocos meses, no cambiaba de tema tan radicalmente. ¿Quizá no se había tomado la medicación?

—Comprendo; así que Nash fue malcriado por Rani y, además, se llevaba mal con Lakshmnam. Y ya que estamos, ¿qué me puedes contar de Bella?
—Pobre desgraciada. Esa mujer taimada ya mencionada se aprovechó de la bondad de tu tía para que se hiciera cargo de ella. Nunca la quiso, siempre la ignoró, aunque no creo que la odiase como a Hoyuelo. Yo odié con todo mi corazón a Lakshmi cuando estuvo en vida, pero Hoyuelo tenía todo el derecho del mundo a estar con su familia, y ese no era motivo para darla de lado. Empiezo a irme del tema. Lakshmnam adoraba a Bella, pero ni punto de comparación con lo que sentía por Hoyuelo. Hoyuelo se parecía a la niña esa... Mojito... Mohini, como se llamase. Dos gotas de agua.

Y, repasando el testimonio punto por punto, me llamó la atención la relación de las hijas de Ratha con Nash. También se me hizo interesante la mención a Rosette, la mujer que arruinó la vida de mi pobre madre. Me despedí de Ratha estrechándole la mano.

—Gracias, tiíta Ratha, siempre es un honor conversar contigo.
—El placer es mío, queridas. Me siento muy sola en esta casa, no me viene mal algo de compañía.
—¿Sabes cuándo puedo ver a tus hijas?
—A Kutub a cualquier hora. A Minah sobre las 6 de la tarde en fin de semana. Hablaré con ellas y os concertaré una cita.

Bella seguía en la calle cuando salí del apartamento, pero sin hablar por teléfono. La vi muy enfadada y dolorida; su puño sangraba. Seguro que discutió con Nash y se mandaron mandaron a freír espárragos mutuamente. Bella es demasiado sensible. Cuando nos montamos en el coche, recibí una llamada de Lalita. Comentó que había encontrado unas cintas de Sevenese muy importantes sobre el futuro de la familia. Porque, veréis, Sevenese era astrólogo. Él vaticinó algo sobre mi madre que... bueno, digamos que si mi madre hubiera escuchado sus cintas a tiempo... hoy día la tendría a mi lado.

Tras hablar con Lalita unos minutos le colgué y concerté una cita con ella para el día siguiente. Me quedé a dormir en casa de Bella. A las 4 de la madrugada recibió una llamada de una enfermera. Bella cambió a una tonalidad pálida. Al colgar, habló tartamudeando.

—Nisha... algo va muy mal en el hospital. Rani... mi madre... ha pasado algo con ella, algo muy grave... Dicen que es muy posible que... en fin, es posible que pueda morir.

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4 comentarios:

DeTrett dijo...

Ya me lo leí ahora te toca a ti D:
http://whitefogmemories.blogspot.com.es/2012/11/parte-i.html

Y mata a la madre ya por dios (?)

Gene-maye dijo...

Que interesante lo de las cintas de Sevenese, me pregunto que diran .w.

Y que mal lo de Rani, se que es mala y da miedo pero no deja de dar cosita (?)

Angry Bego dijo...

Yo no lo he leído, de hecho, voy aún por el extra de Lakshmi, es que ando liadísima con exámenes y ahora tengo un poco de libre, a ver si puedo leer los que me quedan, se ve que váis por buen camino.

Javier dijo...

Ya echábamos de menos tus comentarios, Nagini, jaja. Nosotros también estamos liadísimos y por ello estamos tardando en subir episodios, pero seguro que mañana subimos Extra 2 + Capítulo 8.1

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