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Capítulo 6 (Nisha)


CAPÍTULO 6
NISHA
"Conmoción"
[2001]

Salimos del antiguo hogar de la bisabuela Lakshmi, la cual ahora hasta el fin de sus días pertenecería a la tiíta Lalita, y nos volvimos a casa. Habíamos vivido suficientes cosas por hoy.

La vuelta en coche fue silenciosa, pero no era un silencio cómodo ni mucho menos cómplice; era un enmudecimiento que guardaba un dolor desgarrador, y debía ser interrumpido cuanto antes. El problema era que ninguna de las dos estábamos dispuesta a hacerlo.

La historia de Lalita nos había afectado, en especial a la tiíta Bella. Por su aspecto exterior da a entender que es una mujer fuerte e independiente de otras personas, pero veía las cuencas de sus ojos, los cuales evitaban llorar para que no me preocupara por ella y no la tachara demujer débil. Me hubiera gustado decirle: “Es normal, no te preocupes”, pero creo que solo habría servido para empeorar la situación.

Definitivamente, ambas necesitábamos un tiempo de silencio para poner en orden nuestros sentimientos. Bajamos del coche y entramos a mi casa. Creo que debería citaros que esta casa, llamada 'Lara', pertenecía a mis padres, Luke y Hoyuelo. Por alguna misteriosa razón, cuando mi madre se fue, quiso dejármela como herencia; una última petición que le hizo a mi padre. La mansión está llena de recuerdos que hace poco volvieron a mi cabeza, algunos dolorosos, pero otros muy bellos. Es enorme y llevaba deshabitada 16 años desde que ocurrió el terrible suceso, pero al morir mi padre y dejarme más deudas que ganancias, me embargaron mi apartamento. Tuve la suerte de que el abogado de mi padre me dio una carta escrita por mi madre antes del hecho que cambió nuestras vidas, en la que me ponía cosas muy bonitas hacia su familia, otras horribles hacia mi padre, y, por último, me legaba esta casa por si algún día me hacía falta. Más adelante os hablaré de ello, pues aun guardo mucho dolor en mi corazón.

Amu debía estar preguntando donde estábamos; el viaje de vuelta había sido largo. Amu era la sirvienta de mis abuelos Rani y Lakshmnam, de la época en la que mi madre, tía Bella y el tío Nash eran pequeños. Cuando mi madre se casó con Luke le pidió que se trasladara con ellos en forma de ama de casa. Tras deshabitar la casa, no supe que fue de Amu, pero hace unos meses, cuando descubrí que esta casa era mi legado, la busqué para compartir la viviend con ella. Conseguí encontrarla en un supermercado pidiendo limosna. No dudé ni un segundo en traerla a vivir conmigo. Al llegar a casa, Bella quiso marcharse.

—Buenas noches, Nisha, mañana te llamo para concretar el siguiente paso de 'El camino de los sueños'.
—¡Espera, tiíta Bella! ¿Quieres quedarte esta noche con nosotras?
—No lo entiendo, Nisha.
—Bueno... es muy tarde, y estás bastante lejos de tu casa. Además, ha sido un día bastante agitado.
—¿Estás segura de que no molestaré?
—¡Tonterías! Estamos Amu y yo solas en casa, tu compañía nos será muy grata.
—Bueno, no veo por qué denegar tu invitación; total, no me espera nadie en casa.

Esta última frase escondía un extraño resentimiento. Lo que intentaba decir era que la abuela Rani ya no estaba en casa. Aunque parecía odiarla, estuve segura de que la echa de menos. Tal vez un día de estos tengamos que ir a visitarla al hospital; no hace mucho que la internó, ni siquiera un mes, pero madre solo hay una, aunque sean del tipo de la abuela Rani.

Amu me estaba esperando en el comedor con la cena hecha. Tanto Bella como Amu se asombraron ante la presencia de la otra. Hacía más de 20 años que no se veían.

La cena fue tranquila; Amu tuvo que poner un plato más para Bella. Lo hizo con prisas y nervios. Se notaba el respeto que seguía manteniendo hacia ella.

No hubo ningún tipo de conversación. Amu intentaba amenizar la cena preguntando sobre nuestro día y el proyecto. Nuestras respuestas eran breves y vagas. Pronto se dio cuenta de que no nos apetecía hablar, así que nada más acabar la cena y recoger los platos se fue a la cama.

Me quedé un rato despierta junto a Bella. Estaban echando en la cadena principal un especial de, según me dijo ella, CSI. Me explicó que era una serie de criminología e investigaciones. Una persona moría, ese equipo de policía investigaba el crimen y al final el culpable era el menos sospechoso de todos.

—¿Sabes una cosa, Nisha? Desde pequeña quise ser detective; investigar casos de asesinatos, resolver crímenes imposibles y sentir el orgullo de encerrar a alguien.
—Vaya, tiíta, no conocía esa faceta tuya.
—Bueno, de eso hace mucho tiempo y ya es demasiado tarde. Ilusiones de la infancia.
—Nunca es tarde para cumplir un sueño.
—No sé, querida. Si algún día ocurre algo parecido en mi vida, te juro que lo investigaré y encerraré al criminal —dijo bromeando. Parecía que su tristeza se había desvanecido.

La serie acabó bastante tarde, sobre las doce, pero antes quería hablar con Bella para concretar el siguiente paso.

—Tiíta Bella, antes de irnos a la cama me gustaría comentarte algo.
—De acuerdo, pero sé breve; estoy muerta de sueño.
—Vale…me gustaría saber cuál será nuestro siguiente paso.
—Bueno, ¿no lo tienes claro? Ratha, obviamente. Lalita nos recomienda visitarla si necesitamos más información.
—Mmm…tiíta Bella, yo investigué a Ratha hace un tiempo, y su testimonio está incluido en 'Madre del Arroz'. Me contó bastantes cosas sobre su existencia, pero... ¿Qué más podría contarnos ella?
—Escuché las cintas el otro día y la verdad es que no se dice gran cosa sobre ella. ¿Tú conoces a Jeyan, Nisha? Deberíamos hacer un repaso por la historia de Ratha, quizá se nos escapa algo.
—¿Jeyan? ¿Creo que es el hermano mayor de Lalita, no? Según las cintas, falleció hace tiempo.
—Si, es verdad. Ratha es la ex-mujer de Jeyan.
—¿Ex-mujer? ¿Qué pasó entre ellos? Creo que Ratha me lo dijo, pero nunca está de más recapitular un poco.
—Fue culpa de mi madre. Ella conocía a una anciana que tenía adoptada a una joven en edad de casamiento, y le ofreció casarse con Jeyan. No hacía falta una gran dote, puesto que Jeyan no era gran cosa y Ratha era digna de una diosa de leyenda.Y en unos meses se casaron.
—Ahora llega la parte que tú no sabes, Bella. Tu madre engañó a Ratha. Le enseñó una foto de tu apuesto padre diciendo que Jeyan y él eran dos gotas de agua. Por eso Ratha lloró durante la ceremonia. Tuvieron dos hijas, y cuando se dio cuenta de que había empezado a odiar a su marido, lo echó de casa, le puso una orden de alejamiento y envenenó a las niñas contra él.
—Por todos los dioses… qué historia más triste. Nunca conocí mucho a mi tío Jeyan, pero no se merecía eso. Mi madre nunca fue buena persona, la odio con todas mis fuerzas.
—Por eso es nuestro deber hablar con Ratha. Si Lalita nos ha dicho que ella sabe más de lo que me contó, debe ser por algo, y yo confío en la palabra de Lalita.
—Mmm…la última vez que supe de ella, vivía con sus hijas en un piso encima de una tintorería, en Kuantan, de donde acabamos de llegar.
—Allí fue donde me recibió. —tras un pequeño silencio, donde ambas repasamos todo lo que habíamos hablado, dije— Buenas noches, Bella

Tras esto, ambas nos acostamos, y yo me dormí enseguida, como si hubiera sido víctima de un potente somnífero. Tuve un sueño tranquilo y reparador.

Al día siguiente los rayos de sol me despertaron, y me extrañó que aun fueran las seis de la mañana. Me hubiera vuelto a dormir, pero oí que por abajo ya había movimiento. Bajé a la planta baja y encontré a Bella en el comedor mientras Amu preparaba el desayuno y lavaba los platos.

—Buenos días Nisha. ¿Qué tal has dormido?
—Bastante bien, tiíta Bella. Que madrugadora eres.
—Bueno, no tenía ganas de seguir durmiendo y he pensado que nos podemos poner ya en camino; nos espera un largo viaje.
—¿No es muy pronto?
—Nunca es pronto, sobrina mía. Comemos unos bocados y nos ponemos en camino.

Bebí rápidamente un tazón de café, y enseguida nos pusimos en camino. No tuve tiempo para despedirme de Amu.

Cuando llegamos al barrio de Ratha, una ola de inseguridad y frío recorrió mi cuerpo. Vivía una calle muy triste y sucia; parecía que la primavera hubiera abandonado ese lugar. Ya había estado en él, pero no lo recordaba tan horrible. En ese momento Bella chocó con una anciana de unos sesenta y tantos años. Nos encontramos ante una mujer bien vestida, con gafas de marca, bolso de marca, elegante e incluso guapa para su edad, con unos ojos que hipnotizaban a su manera. Yo sabía quien era.

—Ya podrías tener más cuidado, jovencita; casi me caigo en ese charco y entonces mi ropa lo habría lamentado.
—Oh, lo siento muchísimo, señora; no veía por donde iba.
—Bueno, bueno, basta de sentirlo. ¿Qué haces tu aquí, Nisha? ¿A caso necesitas ayuda de esta vieja anciana?

Bella me miró, perpleja.

—Yo también me alegro de verte, Ratha.
—¿A quien estáis buscando?
—Te buscamos a ti. Sé que hace poco estuve aquí, pero necesitamos más información.
—Mmm…¿y se puede saber quién es esta joven?
—Es mi tía Bella, hermana de Hoyuelo.
—Así que Bella, ¿eh? Ya decía yo que me sonabas de algo. En qué belleza te has convertido; debiste nacer con la luna en su máximo esplendor.
—Tú también estás muy bien, tiíta Ratha.

Ratha ya estaba abriendo el portal de sus apartamentos.

—Venga, subamos a mi casa; no me gusta hacer esperar a la visitas.

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2 comentarios:

Gene-maye dijo...

Pobre Jeyan, me dio cosita leer lo que le paso D:

La historia se pone cada vez mejor owo

Anónimo dijo...

la cosa se pone cada vez mas interesante ,muy bien . Maria jose.

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